It has already been three weeks since the assassination of our colleague, Carlos Mejía Orellana, and none of the authorities responsible for the investigation have seen fit to make known the results of those investigations. One of the investigators even came to tell us that the results would go well because of pressure from the U.S. Embassy, perhaps this was to be the consolation of the magic wand, if the government of the United States is behind it the results will be effective. Three weeks later, the wand continues no yield no “magic” answer.
Nothing about nothing is told to us, neither to us, nor to the family. Everything remains in the dark. And this is very worrisome because the experience of our country tells us that crimes excite the authorities for a few days but then everything stays forgotten; the files get dusty for a variety of reasons, from the lack of evidence to a shortage of resources. This is called impunity. And we fear that the murder of our compañero will be one statistic more in the interminable list of lost cases in the files of the unproductive institutions responsible for pursuing and stopping crime.
We understand that investigations have their complications and that it is not about coming to just any conclusion with the investigators trying to look effective to those of us who are demanding justice. The so-called local investigators decided to stick to the easiest hypothesis, a crime of passion, as they told some of the media in the first moments, with the morbid intention of distracting attention and feeding the homophobia that extends to many social circles, hindering in that way any deeper investigation that would lead to knowing the truth, and to the capture and trial of the material and intellectual authors of the crime against our colleague Carlos Mejía.
We make a vehement call to our friends who have been present with so many effective gestures of solidarity and closeness since the assassination of our compañero Carlos Mejía. We continue to need you to support us in this demand for justice. We know that we can count on you, both those inside the country and those from many international organizations. But we say with humility and frankness: we are anguished to remain alone with our cry, because impunity is an unfailing factor for more violence and criminality. We have the obligation to struggle so that the truth about what happened is known and that those responsible for this crime are prosecuted. For the dignity of our murdered compañero, for his family, for ourselves, and so that this crime doesn’t remain in the shadows of impunity, we demand speed and effectiveness in the results of the investigation!
(English translation by Vicki Cervantes)
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Exigimos resultados de las investigaciones
Ya se cumplen tres semanas del asesinato de nuestro compañero de equipo, Carlos Mejía Orellana, y nadie de entre las autoridades responsables de las investigaciones se ha dignado en dar a conocer los resultados de las mismas. Uno de los investigadores llegó incluso a decirnos que los resultados iban por buen camino porque la Embajada Americana estaba presionando, quizá para dejar el consuelo de esa varita mágica de que si el gobierno de los Estados Unidos estaba detrás, los resultados serían efectivos. Tres semanas después, la varita sigue sin su “mágica” respuesta.
Nada de nada se nos dice, ni a nosotros ni a la familia. Todo va quedando en la penumbra. Y esto es altamente preocupante porque la experiencia en nuestro país nos dice que los crímenes alborotan por unos días a las autoridades, pero todo se va quedando luego en el olvido; los archivos se van empolvando con tan diversos argumentos, desde falta de pruebas hasta las carencias logísticas. Esto se llama impunidad. Y nos aterra que el asesinato de nuestro compañero sea un número más en esa interminable lista de casos perdidos en los archivos de los empolvando órganos responsables de perseguir y contrarrestar el delito.
Entendemos que las investigaciones tienen sus recovecos y que no se trata de llegar a cualquier conclusión con la intención de los investigadores de parecer eficaces ante quienes exigimos justicia. Los llamados investigadores locales decidieron quedarse con la más fácil de las hipótesis de crimen pasional, como en el primer momento lo difundieron algunos medios de comunicación sin duda alguna con la morbosa intención de desviar la atención y alimentar la homofobia extendida en muchos círculos sociales, entorpeciendo así una investigación profunda que conduzca a conocer la verdad, capturar y enjuiciar a los responsables materiales e intelectuales del crimen contra nuestro compañero Carlos Mejía.
Hacemos un vehemente llamado a nuestros amigos y amigas que se han hecho presente con tanta muestra efectiva de solidaridad y cercanía tras el asesinato de nuestro compañero Carlos Mejía. Seguimos necesitando que nos apoyen en esta exigencia de justicia. Sabemos que contamos con ustedes, tanto dentro del país como de muchos organismos internacionales. Pero lo decimos con humildad y franqueza: nos angustia quedarnos solos con nuestro grito, porque la impunidad es factor infalible para más violencia y criminalidad. Tenemos la obligación de luchar porque se conozca la verdad de lo que ocurrió y que se proceda contra los responsables de este crimen. Por la dignidad de nuestro compañero asesinado, por su familia, por nosotros, y porque este crimen no quede en la sombra de la impunidad, ¡¡exigimos prontitud y efectividad sobre los resultados de las investigaciones!!